¡Ay! Qué
gusto leer a este hombre y sus historias. Esta es mejor aún que las anteriores.
Mucho mejor escrita y disparatada. Su humor me encanta, te ríes mientras lees y
no te extrañes que en el metro se te queden mirando. Y es que no sé de dónde
saca tanta imaginación. Las películas de animales las odio, a muerte, no soy
capaz de concentrarme ni cinco minutos, sin embargo esta novela me ha
enganchado y me la he leído en dos días, gracias a tener unos días libres.
Lolle es una
vaca normal que pasa sus días pastando hasta que se entera de que el granjero
que las posee va a deshacerse de ellas. Toma la decisión de irse a la India, un
país donde se dice que las vacas son tratadas como personas, ella cree que es
el paraíso. Convencerá a sus amigas Hilda y Rabanito para irse con ella,
ayudadas por Giacomo, un gato que me recuerda a Antonio Banderas, pero con
acento italiano. Además, su toro, Champion, le ha puesto los cuernos con Susi,
una vaca que se cepilla todo toro que ve, con lo que a Lolle tampoco le queda
ninguna razón para quedarse a morir por amor. Irán en tren, barco y avión, se
enfadarán, se confesarán sus secretos más íntimos, llorarán, se darán mimos,
perderán la esperanza en llegar, en un viaje hacia la felicidad, hacia el
paraíso.
Es una
novela contemporánea. Trata temas tan universales como la religión (la diosa
Naia, las historias que se cuentan de la creación según las vacas), la amistad,
el amor, el sexo, el desamor, la familia, los enemigos, la voluntad y sobretodo, la
felicidad o lo que creemos que es la felicidad. Pero todo desde un punto de
vista “vacuno”, que es lo que más gracia me hace. Los diálogos son muy buenos,
acelera o para el ritmo según las emociones de los protagonistas con mucho
acierto. Y el autor debe ser vegetariano, por la lata que da con lo de que las
personas (tooodas) comemos vacas, ¿es que las plantas no son seres vivos
también? Pero se lo perdono todo por brindarme una historia tan buena y
original. Me gusta el tema del líder del grupo, qué fácil es ser líder cuando
las cosas van bien, y algo de lo que no me había dado cuenta, al líder se le
elige, no se erige, porque cuando se erige, tarde o temprano caerá, presa de su
propia vanidad. Los dos personajes humanos del barco con sus diálogos sobre qué
profesión es la más idónea… te meas de la risa.
Durante la
lectura hay muchas referencias musicales. También hay veces en que me he
acordado de películas, me he imaginado a Rabanito como la vaca de pega de “Top
Secret”, con las botas negras de agua puestas. Y las otras tres me recordaban a
“Las Chicas de Oro”, la antigua serie de televisión, muy antigua.
Y es que
Safier es mucho Safier. Y hasta ahora, me ha gustado unas veces más (“Jesús me
quiere”) y otras un poco menos (“Una familia feliz”), pero nunca defrauda,
porque lo que más busco, evadirme y reírme, lo consigue con creces.
¡Felicidades!
Me parece buena tu crítica del libro a mí también me gustó mucho. Lo que te veo es un poco ignorante referente al vegetarianismo... Para empezar las PLANTAS NO SIENTEN, en el caso de que sintieran, un vegetariano consume menos plantas que un omnívoro que se come animales que han sido alimentados con kg y kg de vegetales. Un saludo y no te lo tomes a mal pero es que a veces te quema leer este tipo de comentarios!
ResponderEliminarQue te llame ignorante alguien que se escuda en el anonimato me parece muy cobarde. Y defender lo vegetariano como lo mejor también. Pero, oye, tampoco te lo tomes a mal.
ResponderEliminarSi las plantas son SERES VIVOS, supongo que también sienten, en eso se basan los vegetarianos para defender a los animales, no? Eso es lo que quise decir.
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