sábado, 30 de mayo de 2020

Un placer conocerle, Don Emilio



Durante el encierro de este virus, he descubierto al párroco de Valdepeñas, Don Emilio. Recomendado por Ana de Jerez de la Frontera, con quien mi madre y yo teníamos programado a ir a Medjugorje de peregrinación en abril. Ana había hecho un grupo para el viaje, pero ante la incertidumbre del principio, nos recomendaba lecturas, podcasts y, entre otras cosas y personas, la misa de Don Emilio. No fue hasta el mes de mayo que empecé a tomar notas, porque aprendía mucho catecismo durante las misas.

El padre Emilio es un párroco de 44 años (aunque aparenta menos si no habla, porque si habla, se le nota la experiencia y ya parecen más), que lleva once años de cura en Valdepeñas. Parece muy estricto, habla con mucha vehemencia, pero no es orgullo, es devoción lo que corre por sus venas. Transmite perfectamente lo que quiere decir, pone ejemplos fáciles (de los que a veces hasta él mismo se ríe), para que lo entendamos todo todos. Todavía me asombro al verlo durante el sermón, porque habla con una naturalidad y le sale todo tan hilado… es un speaker nato, que dirían ahora las nuevas generaciones. Un gran orador, vaya. Mañana es su último día de misa retransmitida por ValdeRec, YouTube.
Mi madre lo ve desde Arroyo de la Miel, en Málaga, y yo desde el barrio de Ciudad Lineal en Madrid. Desde que anunció que el 31 de mayo sería el último día no hemos dejado de pensar en cuanto lo echaremos de menos, sobre todo cuando comentamos sus sermones después de la retransmisión. Pero es algo que tenía que ocurrir, porque es verdad que cuando la normalidad vuelva, ya no podremos ver a Don Emilio, sino que acudiremos a las misas de siempre, recordando que hay un cura en Valdepeñas que hace Iglesia, con mayúscula, y que, si Dios lo quiere, iremos a ver, cuando antes, mejor.

Gracias por la compañía, por las enseñanzas, por su amor a su parroquia y a sus parroquianos, y por acogernos a los demás durante este tiempo. A Don Emilio y a Javi, su cámara.



Textos que he aprendido: Consagración a la Virgen, Comunión Espiritual.
Recomendaciones literarias religiosas: Discurso de Coronación de Pablo VI, Vidas de Santos (Santa Catalina de Siena, Felipe Neri, Agustín de Canterbury, San Isidro), “Imitación de Cristo” de Thomas Kempis.

Términos que ha explicado: catecúmenos, cismáticos, tipos de fe, los cuatro dogmas de la Virgen, diferencia entre envidia y admiración, kenosis, presbíteros, fariseos, saduceos.

Algunas frases de Don Emilio durante las homilías:
·         “Nuestra pesca no es para llenar la Iglesia, sino para llenar el cielo.” (Fecha no apuntada.)
·         “El amor si es verdadero, trae aparejado SIEMPRE sufrimiento. Sufrir CON amor, no POR amor.” (12/05/2020)
·         “Un santo de la dificultad, saca virtud. El que no es santo, de la dificultad hace queja.” (26/05/2020)

Alguna misa que me ha gustado y podéis ver por YouTube,

viernes, 8 de mayo de 2020

A la defensiva


A la defensiva, dice.
Me pregunta si estoy bien, que últimamente los mensajes que mando le parecen que estoy “a la defensiva”. Le digo que sí que estoy bien. Pero me llama porque “está preocupado por mí”. ¿Por mí? No, está preocupado por nuestra relación, que ha cambiado mucho. Yo no puedo mandar cosas de política, pero él sí puede mandar mensajes ambiguos que se pueden malinterpretar con posturas políticas contrarias. Y soy yo la que estoy a la defensiva. Cuando alguien está a la defensiva, normalmente, es porque no se puede defender de frente, por ser educada, por no ofender, pero como se siente ofendida, se “pone a la defensiva”. Y cuando habla con una persona así, se contradice, porque si dijera todo lo que se le pasa por la cabeza, sin filtros, entonces se acabaría la amistad. ¿Pero qué amistad? Eso no es amistad, eso es lo que los ingleses llaman “acquaintance”, palabra que tanto me gusta. Porque no es “conocidos” como se entiende en español, es más como que “los conoces, te has encontrado alguna vez con ellos”. Desde luego, no una amistad.

En la conversación, hablamos de la familia, porque claro, ¿de qué vamos a hablar sino? Virus, familia y tiempo. Y me cuenta indignado que su padre lo tiene loco, que claro, que como sólo ve Trece tv y oye la COPE, que está con un miedo irracional. Y yo me tengo que callar para no decirle: “Claro, en vuestra casa como sólo veis Telecinco, que es el súmmum de la progresía y la cultura…” o “entonces en vuestra casa estáis chochos porque veis Telecinco, que sólo lo ven los viejos”, según los estereotipos. Pero no, me callo en aras de la amistad. Claro que me callo también que yo sólo veo Trece tv y oigo la COPE, lo cual me da una idea también del concepto que tiene de mí. Yo siempre he dicho lo que he pensado, y creía que él también, pero está demostrando que no, que se ha callado todo este tiempo (igual que yo me he callado con otros). Y eso es lo que me sorprende, que no me conoce nada después de más de 22 años de amistad. Y hemos sido muy amigos, hemos tenido mucho contacto, pero veo que, como todo, esto también se está acabando. Porque estar a la defensiva todo el rato, cansa y al final, todo acaba.