“Edificio España o cualquier otro lugar”
Porque eso era. Una demolición de
un edificio. Que se trataba del Edificio España, sí. Pero también que podía ser
el centro comercial de Allí de Villagrande o de cualquier otro lugar. Y es que
cuando te dicen que te van a presentar un documental sobre la demolición del
Edificio España, lo último que te imaginas es el retrato humano de un puñado de
albañiles, que será interesante, si a eso vas al cine. Pero con semejante
presentación, lo mínimo es que te enseñen los planos, planteamientos, historia
y fin del edificio, gentes y sitios influenciados por el mismo. No sé, otra
cosa que sea un homenaje, como se vendía y no “eso”.
Lo mejor, el grupo de amigas que
teníamos al lado. Comentando lo mismo que nosotros. Y es que grabar un
documental con todo el mundo trabajando sin medidas de seguridad ninguna, no me
parece nada responsable, la verdad. Ni por parte de los que salen ni del que
graba. Los personajes más destacables: los guardias jurados. Franco y cía te
hacen reir todo el rato con sus comentarios y sus paseos “perdidos”.
Y si no fuera suficiente pretensión el título en español, en inglés se titula "The Building", El Edificio. Efectivamente, pero uno cualquiera, oiga, mejor ponga "A Building", sugiero.
El colmo fue ver los créditos,
comprobando como el trabajo lo había hecho el tal Víctor grabando con una
cámara y luego salen (aparte de los curritos, que trabajaron gratis para el
documental, supongo) tropecientos mil para montar toda la historia. Y eso que no
tenía música. De verdad, un gran ejemplo de cómo funciona España: trabaja uno y
cobran cincuenta. Sólo espero que el Gobierno de Canarias se piense la próxima
vez el dar dinero para este tipo de espectáculos. Luego dicen que el cine
español no vende, desde luego, este no es el camino.